Digital Services PwC Argentina Ayudamos a crear verdadera transformación del negocio con el poder de la perspectiva

« InsurTechs: aceleración en el ritmo de los cambios. | Inicio | Los diez principios de la estrategia de clientes »

12 octubre 2018

Paradojas del liderazgo.

Una vez le preguntaron a Jack Welch (empresario y escritor estadounidense elegido ejecutivo del siglo XX), cómo equilibrar la necesidad de generar resultados positivos en el corto plazo y, al mismo tiempo, hacer lo correcto en función de la estrategia a cinco años. Su respuesta fue la siguiente: “¡Bienvenido al club!”. El liderazgo está plagado de paradojas que tienen que ver con fuerzas que tensionan y que el líder debe equilibrar. Ejemplo de ello es el equilibrio que el líder debe encontrar entre otorgar autonomía a sus colaboradores versus controlar o supervisar su trabajo. Asimismo, el ejercicio de la autoridad debe ser equilibrado con la generación de espacio para los errores, aceptando que los mismos son escalones necesarios en el aprendizaje. También el líder debe generar confianza y buen clima, pero también establecer límites de ser necesario. El líder debe mostrarse positivo, optimista y habilitador, aspectos que deberán equilibrarse con la necesidad de generar acción y resultados concretos en el corto plazo. Debe permitir el consenso y contener, el cual deberá compensarse con el coraje que muchas veces es necesario para tomar decisiones que pueden ser “impopulares”. Los verdaderos líderes comprenden cómo estas fuerzas opuestas tensionan. El sano equilibrio pasará por tener la capacidad de identificar lo necesario en cada momento, y ejecutarlo siempre dentro de un contexto de responsabilidad y con miras a “hacer lo correcto”. En este proceso, los errores serán muchos y necesarios. Un adecuado balance entre aceptar y dejar que las cosas fluyan versus interceder y actuar es, creo, el mayor desafío que deberá aprender a transitar todo líder. Los avances tecnológicos ponen en jaque a los CEOs y directivos a la hora de tomar decisiones. Hoy en día nos encontramos con avances en robótica e inteligencia artificial son difíciles de asimilar. Esta situación hace que los directivos deban replantearse cuestiones que desde hace muchos años eran paradigmas incuestionables del liderazgo y que hoy probablemente queden obsoletas. ¿Debe el líder ser un referente técnico? Sin dudas debe entender de qué estamos hablando y seguramente necesitará capacitarse continuamente para tener una visión general, pero no desde una perspectiva puramente técnica, sino desde el sentido común. Asimismo, nos planteamos, ¿el líder como decisor en base a su autoridad o en base a su humildad? Debemos empezar a ver la humildad del líder no como una debilidad, sino como un indicador de madurez. La humildad no tiene que ver con inseguridad, sino con apertura, con una mentalidad de aprendiz permanente. Hoy día imprescindible ya que le permitirá escuchar a sus colaboradores con una mente abierta, entender sus puntos de vista, comprender y anticipar las consecuencias de sus decisiones. A Nelson Mandela, que era reconocido, entre otras cualidades, por su capacidad de escucha, le preguntaron por esta aptitud, y su respuesta fue que siempre, en una reunión con otros, hablaba último. Se nutría de las opiniones de los demás, escuchaba, iba moldeando su propia visión y una vez que todos habían opinado, recién ahí intervenía. Esta técnica es muy habitual en los líderes que tienen una mentalidad abierta. La humildad implica reconocer que la mejor decisión, no necesariamente es la que el líder cree, sino la que se construye sobre la base de puntos de vista propios, pero, más importante, de otros, dado que, las opiniones de los demás ayudan a mejorar la propia y ello colabora con vivir en permanente estado de aprendizaje. Estamos acostumbrados a aprender para lograr un objetivo. Fuimos a la universidad con el objetivo posterior de conseguir un trabajo. Esa forma de pensar es la que debemos cambiar. Ya no debemos especular en aprender como medio para lograr un objetivo, sino que nuestro objetivo en sí mismo es aprender. Todo ello nos lleva a que responder “no sé”, pasa a ser algo natural, necesario, invita a nutrirnos y, naturalmente, ser mejores líderes.

Por Mario Julio, socio de PwC Argentina, Gerente General del Service Delivery Center.

Photo_RGB_P_ISRL_D1_CM1_9974

Comentarios

Fuente You can follow this conversation by subscribing to the comment feed for this post.

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

Últimas noticias en Twitter